Llevo 21 días en Marruecos. Los 11 primeros estuve en Casablanca, una ciudad con mucho ritmo, con mucha población y con no muchos turistas. Es uno de los motores económicos del país, mucha gente vive en Casablanca porque es allí donde trabajan, de hecho, hay mucha inmigración. Hay barrios de muy reciente creación donde reside gente de otros países africanos que buscan en Marruecos una oportunidad.
El choque cultural fue grande, sobre todo porque coincidió con el ramadán y eso hacia que no pudiera sentirme tan cómoda con mi ropa (me refiero a shorts, vestidos, etc.), a pesar de las altas temperaturas que vivimos durante la primera semana. Pero también por la inseguridad. Pase momentos de miedo, he de reconocerlo, apenas salía con la cámara de fotos y alguna que otra vez me metí en una chilaba para tratar de pasar más inadvertida.
Aún con todo ello, tuve tiempo para conocer la ciudad, a lo que dedicare un post más completo y detallado.
Pues bien, el mismo día que celebramos la fiesta de fin del ramadán hice de nuevo la maleta para poner rumbo a Tan Tan, un pequeño pueblito en mitad del desierto, a unos 385 km al sur de Agadir, desde donde es sabido que fue lugar de salida de la Marcha Verde sobre el Sahara occidental en 1975.
En este pequeño pueblo (que no supera los 50.000 habitantes) pase más de una semana, incluyendo los tres días de apartamento en otro pueblo cercano de veraneo (a 10 o 15 minutos en taxi, a 1 euro por cabeza) llamado “La Playa”. Supongo que la influencia de los españoles y de los emigrantes retornados en esta zona es indiscutible, lo que explica que el lugar haya sido bautizado en nuestra lengua.
Con una ola de calor de las peores que he vivido en mi vida (superamos con creces los 40 grados), mucha tranquilidad pero también aburrimiento pude conocer el Marruecos más profundo, el que en muy pocas ocasiones tienen oportunidad de conocer los turistas.
Mucha pobreza pero también mucha hospitalidad es lo que caracteriza a sus gentes. Lo peor fue adaptarse a los baños marroquíes, esos en los que hay un agujero donde hacer las necesidades y en los que uno se baña con cubos de agua y, en caso de ser necesario, la calienta en la cocina.
Allí viví la parte más familiar de mi viaje, la mas humana hasta el momento, en una casa de una gente maravillosa, que agasaja a sus invitados con deliciosas comidas y regalos de todo tipo.
Sin embargo, en Tan Tan no hay mucho que ver, más bien pasear por sus calles, comprar en sus tiendas, sin duda mucho más baratas que las de otras ciudades más turísticas. Allí vivi la auténtica vida marroquí, pero la de pueblo. Sin embargo, pese a lo desolado de la zona y a la poca población, tiene un aeropuerto cercano en el que operan varias lineas comerciales y a precios razonables (ida y vuelta a Casablanca por 40 euros) y que permite ahorrarse muchas horas en guagua, como hice yo.
Ahora, mi aventura se torna en su versión más turística. Ayer llegue a Agadir y en unos días visitaremos Marrakech. Nos vinimos solas Fatimazahra y yo, y sin hotel, lo buscamos aquí nada más llegar. Tras mucho caminar, pues la mayoría estaban llenos, conseguimos habitación en el Hotel Les Palmiers, muy bien situado y limpio. Inicialmente nos ofrecieron una habitación doble por 30 euros la noche pero pedimos verla antes de pagarla y menos mal… Parecía una celda y el baño estaba muy sucio. Tras rechazarla nos ofrecieron otra por 40 euros, desayuno incluido, mucho mas amplia y limpia. En cuanto al trayecto, lo hicimos en autobús, unas 5 horas más o menos, sin paradas, y a 7,50 euros.
Me muero de ganas por conocer el Marruecos más internacional, el que se pone sus mejores galas para recibir a miles de visitantes. He de reconocer que necesitaba un cambio de aires, no sólo por activarme y tratar de hacer más cosas en el Ecuador de mi aventura, sino también por pasar un poco más desapercibida.
A veces la incomodidad de sentirte tan observada e incluso rechazada en ocasiones, por el hecho de ser extranjera, de ser mujer y de no vestir como “manda” su cultura, es muy dura de sobrellevar. Dedicare otro post a este tema específico, al de la vestimenta, al de las diferencias culturales.
Cuántas cosas nuevas y novedades… seguro que nunca olvidarás tan excéntricos días!!! Disfruta mucho de lo que queda, un abrazo!!!
La verdad es que si!, gracias guapetona! La verdad es que esta parte del país es otro mundo! Cuanto contraste! Jejeje