Las catacumbas de Lisboa son uno de los grandes tesoros históricos de la ciudad, sin embargo, no son muy conocidas ni visitadas, y la razón es muy simple: abren sólo durante 3 días al año (y no siempre los mismos días, ni siquiera el mismo mes). Y el motivo es que estos túneles subterráneos están inundados y para habilitar la visita los bomberos tienen que estar bombeando agua fuera las 24 horas del día.
Todo un despliegue. Pero merece la pena, pues es la única manera de acercar este pedacito de historia a los lisboetas, y de paso a los visitantes que estén en el lugar y que dispongan de tiempo, como fue nuestro caso. Nos coincidió de pura casualidad y nos enteramos porque nos lo comentó la guía de una excursión que habíamos contratado, y por supuesto no quisimos perder la oportunidad de vivirlo.
Estas galerías romanas tienen unos 2.000 años de antigüedad, pues datan del siglo I después de Cristo, y aunque en un principio se llegó a considerar que eran lugar de culto de los romanos, posteriores investigaciones han señalado que fueron construidas con el fin de servir de base y apoyo a las construcciones arquitectónicas de la superficie.
Pero lo más sorprendente es que, sea cual fuera su origen, no fueron descubiertas hasta el siglo XVIII, cuando la ciudad fue reconstruida después del terremoto de 1755.
El tramo de galería visitable, conocido como Catacumbas da Rua da Prata, se ubica en la calle Concepción. La visita es gratuita pero eso sí, hay que intentar ir bien temprano porque las colas son muy pero que muy largas. En nuestro caso, hicimos casi tres horas de cola (y hasta fuimos entrevistados por la televisión local), pero vale la pena, pues es una experiencia diferente y muy curiosa.
Como curioso es también su acceso, pues entras a través de una alcantarilla en mitad de la carretera, mientras los tranvías pasan a tu lado casi rozándote. El nerviosismo inicial se va transformando en curiosidad a medida que te adentras en la tierra y que la oscuridad lo va inundando todo… para terminar en admiración y misticismo una vez que tienes la oportunidad de recorrer los túneles, sabiéndote profanador de uno de los secretos mejor guardados de Lisboa.
Aquí os dejamos un mini video de nuestra incursión en las profundidades de Lisboa (perdonad la calidad, está grabado con la cámara interna del Iphone6 jeje)
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