Guanajuato es una ciudad que cautiva, latiendo con personalidad propia en el mismísimo corazón de México… Los locales se enorgullecen de ser de Guanajuato y los visitantes se enamoran sin remedio de esta preciosa ciudad que tanto tiene que ofrecer al visitante.
Lo primero que llama la atención de Guanajuato es su sorprendente entramado de callejones, que se extienden de norte a sur y de este a oeste, en esta ciudad peatonal, llenando de colores cada paseo, invitando a descubrir rincones totalmente únicos, con un marcado estilo colonial.
Premio al más original
Guanajuato cuenta con un total de 3.200 callejones, de diferente anchura y longitud, y con nombres muy peculiares como callejón del infierno, del beso, del perro muerto, cabecita, juego de pelota, el resbalón (ya nos imaginamos a qué debe su nombre), de las ánimas, cuatro vientos, el chilito, la boca negra o caño puerco… entre otros. Parecen sacados de un concurso de ideas divertidas, pero es la propia vida del lugar la que ha ido constituyendo esta ciudad y bautizando cada una de sus callejuelas, llenas de historia y también alguna que otra leyenda.
La leyenda del callejón del beso
Durante una mágica noche de paseo por Guanajuato con las callejoneadas, acompañados de unos apuestos tunos, pertenecientes a las estudiantinas y cantando bajo la luna, descubrimos la leyenda del callejón del beso, uno de los más famosos de la ciudad, y también de los más estrechos, con tan sólo 68 cm de ancho!!!
Se dice que una guapa joven, de una familia acaudalada, que vivía en la casa junto al callejón, se enamoró perdidamente de un chico del lugar, pero su padre se oponía a su noviazgo, pues había ya acordado un matrimonio con un pudiente español, así que amenazó a su hija con recluir en un convento si desobedecía sus órdenes. El pobre joven alquiló la casa de enfrente con el único fin de poder estar con su amada, dada la cercanía de los balcones sobre el callejón, pero fueron descubiertos, y el padre clavó un puñal en el vientre de su hija, quien exhaló su último aliento mientras su joven pretendiente le regalaba un dulce beso sobre la mano.
Callejones y plazuelas definen el estilo de esta ciudad colonial
Guanajuato cuenta con 15 plazuelas, repartidas por toda la ciudad, punto de unión de muchos de sus callejones, y lugar de encuentro y esparcimiento de sus gentes. También llaman la atención sus nombres, por ejemplo la plaza de la imagen de debajo se llama del Baratillo, porque antiguamente era aquí donde se vendían las gangas.
Y entre todo este hermoso laberinto de pintorescas calles y espacios, los locales montan sus puestos de comida. Una estampa preciosa, de esas que tanto me gustan, huyendo de lo típicamente turístico, permitiéndonos conocer el México real.
Me has hecho volver a revivir Guanajuato. Qué fotos tan bonitas, cuánto color <3 Y qué bonito es Guanajuato. Me ha encantado el post nena. Ojalá volvamos pronto a México 🙂
Un besazo muy grande!! Tengo muchas ganas de verte!
Gracias nenita! la verdad es que estamos todos nostálgicos perdidos! hazme una visita prontoooo! y ojalá volvamos pronto a México!!!
Gracias por compartir, me parece fascinante que exista realmente un callejon llamado de los perros muertos…desde pequeña he soñado con una ciudad colonial, con baldosas y angostos callejones, una imagen tipica de ciudad colonial en 1600-1700, hasta con antorchas y todo, siempre el mismo sueño, y la unica referencia era una placa de ceramica con el letrero “El callejon de los perros muertos”, esas placas tipicas que se tienen para señalar los nombres de las calles…..encontrar una ciudad colonial donde realmente existe un callejon de ese nombre me parece fascinante y sorprendente….todos estos años he surfeado el internet para ver si encontraba explicacion y mira, aqui esta, …claro que ya hace mucho que no tengo ese sueño pero de pequeña era bastante frecuente…y siempre terminaba igual…me correteaban y me querian quemar ..eso si no recuerdo porque..si por bruja o por algo asi…mmm…..algun dia visitare Guanajuato 🙂
graciaas