La vida puede vivirse de miles de maneras y no debemos agobiarnos por cumplir con los cánones de lo que la sociedad actual nos exige. Y qué si me quiero tomar un año sabático de estudios? oye… y si no me apetece ser madre aún con 32? y si vivo feliz con mis padres y no quiero independizarme? Todos queremos una vida de película, llena de emociones, peligros, pasiones… pero como dijo algún sabio alguna vez: la vida hay que vivirla bien!
Cuatrimotos en San Miguel de Allende, Guanajuato, México.
Reconozco que dentro de esta gran aventurera con ansias de conquistar el mundo hay también una vaga a la que a veces no le apetece salir de la cama, sino dejar que las horas pasen y pasen sin hacer nada… Me gustan las tardes interminables de bares con amigos, los maratones de series (esos de 8 o 10 capítulos seguidos), me encanta hacer listas de todo… y luego olvidarme por completo de los rollos! Soy así, un dulce desastre.
Pero hay cosas que a día de hoy tengo claras, aunque quién sabe dónde estaremos mañana. No quiero una vida de ataduras: no quiero una hipoteca para toda la vida, ni un trabajo de funcionaria (me aburriría haciendo lo mismo cada día)… y hago lo que quiero hacer, hace tiempo que me liberé de ciertos “protocolos”, ahora que nadie puede obligarme a hacer las cosas, si no me apetecen, paso.
Buceando en Morro de Sao Paulo, Brasil.
Visitando una pequeña escuela en Gambia.
Y ya que esto va de confesiones, he de admitir que me equivoco con frecuencia… pero por qué no asumimos de una vez que las obligaciones son en realidad decisiones? Tú eliges tu vida, tus aciertos y tus errores… aunque también es cierto que este mundo está lleno de dulces improvisaciones. Me gusta sentirme libre e imaginar dónde estaré dentro de 10 días, 2 meses o 1 año… Quiero evolucionar, descubrir nuevas pasiones y reinventarme… Quiero abstraerme en nuevos trabajos y proyectos, con sus tropiezos y frustraciones, con sus satisfacciones y méritos… Me gusta ponerme a prueba, saber que soy capaz de conseguir algo, o al menos de intentarlo.
Vivo al límite, apurando siempre las horas y los minutos, haciendo malabares con las miles de cosas que tengo en mi cabeza, y sí, soy de las que se enfrasca en discusiones eternas y se deja arrastrar por la pasión del debate acalorado… Mi madre siempre me decía que soy “muy pasional” (nótese ahí el amor de madre).
Mi primera nevada, Chicago.
Quizás muchas veces me exijo demasiado, o puede que sólo me permita a mi misma la vida que me da la gana vivir… Quiero recorrer mundo, sí, y quiero conocer gente… Sólo quiero una vida legendaria (así, a lo Barney Stinson).
Central Park, Nueva York.
Una vida que no pasa por cumplir súper sueños ni escalar altas montañas, sino por sentir que he sabido aprovechar el tiempo, que las vivencias son mi mayor droga y que me lanzo constantemente a la caza de nuevas aventuras. Y en este sentido precisamente viajar es de las cosas que me hace sentirme más viva, el dinero mejor invertido, lo que te lleva a vivir cosas nuevas y excitantes.
Torre Main, Frankfurt.
Playa de Cofete, Fuerteventura.
Sé que muchas veces soy mi principal enemigo, y aunque suene a tópico, no quiero perder mis miedos, sé que siempre creamos nuevos problemas, incluso cuando no los hay, y al final es el ímpetu de superación personal lo que te lleva a enfrentarlos y a superarte a ti misma.
Pelourinho, Salvador de Bahía, Brasil.
En definitiva, no soy sino una agridulce mezcla de éxitos y fracasos, y espero seguir siéndolo, porque eso significará que sigo avanzando hacia mi única meta: saborear la vida.
Repite conmigo: “quiero que mi vida sea legendaria!”
Oooole tú!!! Me siento totalmente identificada 🙂 A saborear la vida!
jejeje di que sí!!!
Pues me parece estupendo! A vivir, que son dos días!
Un saludo
Ole!!!