El principal objetivo de mi viaje a Marruecos era participar en los campos de trabajo que cada año gestiona el gobierno de Canarias a través de Juventud y que se inserta en un programa de voluntariado internacional.
Pues bien, en cuestión de varios días todo se ha ido al traste. El mismo día que llegue a la casa de la familia (la misma gente que gestiona la escuela en la que iba a estar impartiendo mis clases de inglés a niños) había una riña entre la familia y dos de los voluntarios que quedaban aún, del grupo del mes de julio. La chica estaba llorando y el supuesto director de la escuela los echo de la casa y les dijo que se fueran a un orfanato. Así cómo lo leen. Imaginen el panorama! Y yo allí, con mi maleta, sin saber que hacer o decir.
Los españoles, Aroa y José Carlos, me trataron de lujo, me explicaron todo, me enseñaron el lugar y me dieron una carta escrita por todo el grupo de ellos, donde explicaban con todo lujo de detalles su disconformidad con las condiciones del programa, con la familia y con todo. Wow! Cómo un jarro de agua fría me cayo todo aquello, nada más comenzar mi aventura.
La verdad es que con la familia no tuve ningún problema, me trataron bien, pero no tenía ninguna manera de comunicarme con ellos salvo por señas, lo cual es bastante difícil. Además, los españoles cogían el avión de vuelta a Andalucía en apenas unos días y luego me quedaría sola con otra voluntaria, una chica hindú residente en Nueva York.
La casa estaba muy sucia, la cocina daba asco y el baño… Pfff el olor era nauseabundo, la cisterna no funcionaba y parece que lo de los cubos de agua no iba con todo el mundo.
Pese a todo mi primer día no estuvo mal (soy una chica optimista y venia mentalizada ya), la zona me dio bastante miedo, días atrás había habido una pelea y habían matado a un hombre justo enfrente de la casa, y cada vez que salía a la calle notaba como todos los ojos se clavaban en mi, como si llevara un cartel clavado en la frente con la palabra extranjero. La neoyorquina también me dijo que no sentía segura cuando salíamos por allí, y eso que José Carlos vino con nosotras porque salir las dos solas es impensable.
El primer día de clase que tuve fue muy bien. Impartí inglés a dos grupos, uno de nivel intermedio alto y otro de básico. En tan sólo un día me cogieron bastante cariño, de hecho prometí volver para verles. Pero más que un voluntariado, eso es una academia de idiomas normal y corriente, como en España, y los niños tampoco es que sean muy pobres y la mayoría habla idiomas. Así qué otro chasco!
Total, para no cansaros, sólo os diré que con todo eso, decidí irme el finde a Casablanca a despejarme y allí mi amiga Fatimazahra y su familia me dijeron que esa gente lo que tiene es un negocio montado, que yo pague 50 euros aún siendo profesora, que los alumnos también pagan y que eso de voluntariado no tenía nada. Así qué me animaron a dejarlos y a quedarme con ellos, y eso es lo que he hecho.
Cuando fui a despedirme prometí a los niños volver el viernes a Mohammedia para verles, pero ahora me dedicare a conocer el país y Fatimazahra esta buscándome alguna otra actividad de voluntariado de verdad.
Mientras tanto, duermo en casa de su prima, cuya familia me ha acogido como un miembro más, y aprovecho para hacer algo de turismo por Casablanca, aunque esto del ramadán lo dificulta un poco.
En fin, que no llevo aquí ni una semana y el choque cultural, el cambio de planes y el ramadán me tienen loca! Jeje
Os dejo una foto de una de las muchas esculturas del paseo La Corniche de la playa de Casablanca, llamada The Eyes of the Wolf (los ojos del lobo), a la que espero ir en los próximos días a darme un baño.
¡Me gusta el optimismo que tienes! Pero tienes razón, ¡vaya chasco! Al menos te has dado cuenta del engaño a tiempo y puedes hacer algo más productivo. ¡Disfruta del verano guapa! Espero que tengas más suerte con la nueva búsqueda 😉
¿Así que ha habido cambio de planes? Si es para mejor, adelante! Sigue disfrutando, beso enorme
Sii a ver que tal!! Espero no arrepentirme!! Jejeje