Bien merecido tiene Eslovenia el apodo de “la joya escondida de Europa“. Los eslovenos se sienten orgullosos de que así sea, de esa manera el turismo es más selecto y sigue siendo un lugar tranquilo, sin ajetreos ni tumultos. Al menos eso me dijo el chófer durante el trayecto desde el aeropuerto de Venecia hasta Bled.
De Bled quiero hablarles, pues si bien Eslovenia es la joya de Europa, Bled es la de Eslovenia. Se trata de una pequeña ciudad que rodea a un hermoso lago con una diminuta isla dentro del mismo, un castillo en lo más alto de un acantilado y los alpes Julianos de fondo, para formar un paisaje de postal.
En mi blogtrip al país, me dieron la opción de hospedarme en un hotel de 4 estrellas a orillas del lago Bled, o bien en una cabaña en el bosque, en un camping a unos 100 metros del lago. Elegí la segunda opción, y no me equivoqué.
La primera tarde apenas pude disfrutar, pues llegué agotado y por la noche me recogió la Jefa de Turismo de Bled para llevarme a cenar. Bendita gastronomía que tiene este país, además de unos vinos exquisitos.
No suelo ser muy arriesgado a la hora de hospedarme, ni muy amante de los campings, pero algo me decía que en Bled debía ser de esa manera. Cuando dije antes que no me equivoqué al elegir la cabaña en lugar del hotel, fue por dos razones: conexión con la naturaleza y desconexión mental. Tuve la oportunidad de darme un baño de agua hirviendo en un jacuzzi de madera al aire libre, con una copa de champán, bajo las estrellas, en un bosque en el corazón de Europa. Eso no tuvo precio.
Levantarme al día siguiente, abrir la puerta de la cabaña y encontrarme con el desayuno en una cesta… también fue muy agradable, y empecé el día con energía positiva.
Otra experiencia fantástica fue visitar el castillo Blejski, situado en la cima de un acantilado de 130 metros, donde pude disfrutar de un café con las vistas que ofrece del lago y la ciudad de Bled. Todo un must.
Me gustó mucho su interior y me llamó la atención un pequeño taller de imprenta, donde el turista puede imprimir su propia tarjeta de recuerdo y acuñarla.
Todo el perímetro del lago está rodeado de un agradable camino que se puede hacer en bicicleta o andando, zonas de descanso, merenderos y buenos restaurantes tanto de lujo como de comida casera (que fue al que decidí ir).
Un paseo por el lago Bled
Cada 10 minutos salen embarcaciones hacia la isla de Bled, ¡la única isla del país!, y después de un sabroso almuerzo y un chupito digestivo, fuerte como líquido de frenos y de nombre impronunciable, tomé una de las embarcaciones para conocerla más de cerca. Se dice de los recién casados, que si el novio sube los 100 interminables escalones de la isla con su novia en brazos, se aseguran un matrimonio feliz. Las subí con una mochila a la espalda y terminé exhausto.
Otra de las tradiciones para todos los turistas es tocar la campana de la iglesia tres veces y pedir deseos. No lo hice por los deseos (aunque los pedí), lo hice porque me resultaba fascinante oír el eco de las campanas sobre la quietud del lago.
Fue una visita fugaz, pero suficiente para no olvidarme jamás de este maravilloso lugar.
Buenos días, ¿me podrías dar el nombre del camping de Bled? lo de la cabaña me ha llamado la atención
Gracias
Hola! Es el Glamping Bled, una de las mejores opciones de alojamiento en la zona! Ya nos contarás qué tal fue!! abrazos viajeros!