Soy una miedosa, de esas que odian las montañas rusas y las norias pero que al final se aventuran en mil locuras. Quizás en esos segundos previos creo morirme del miedo y maldigo mi cabecita loca que me lleva a cometer esas tonterías… pero luego, cuando ya todo acaba… qué subidón! Me siento viva, más que nunca. Pues eso fue exactamente lo que me pasó en la famosa tirolina o tirolesa de Morro Sao Paulo, en Salvador de Bahía, Brasil.
Ya días previos Fer me preguntaba si me quería lanzar… la verdad es que os seré sincera, pasé del “chicos, no me pienso lanzar ni loca”, al “bueno, ya cuando lleguemos allí veo si me animo”, para llegar finalmente al “vale, venga, me tiro, no me lo pienso más”! jejeje
Y diréis.. madre mía, ni que fuera para tanto. Pues sí que lo es, al menos es normal tener alguna que otra duda. Son 70 metros de altura y 200 metros de largo, con caída al mar. Es decir, un acojone total!
Quizás el largo recorrido hasta subir a lo alto de la montaña, que se hizo muy pero muy duro, ayuda a que uno se lance, con tal de no tener que bajar caminando de nuevo. Subí dudando sobre qué hacer, luego arriba cuando Fer se lanzó me animé.. pero cuando te ponen ya el chaleco y estás ahí al borde de semejante precipicio… te entran las dudas… No os digo cómo me puse cuando el monitor me quiso empujar!!! Me aferré al bordillo de madera del suelo como un aguilucho y traté por todos los medios de contener mis instintos más asesinos!! jajaja
Cerré los ojos con todas mis fuerzas, me senté sobre el arnés y pasito a pasito fue avanzando hasta el borde y ahí simplemente me dejé caer! Fueron unos 3 segundos de pánico absoluto pero luego… abrí los ojos y disfruté de esa increíble e indescriptible sensación de libertad y locura.. El paisaje de los más alucinantes que he visto jamás y el subidón de adrenalina tremendo… una experiencia brutal!
Creo que puedo asegurar sin miedo a equivocarme que Morro de Sao Paulo es de los sitios más mágicos que he visitado nunca, lo único es que es muy turístico. Hay a quien no le gusta y a quien sí. A mi me gusta porque hay ambiente, hay fiestas, hay vida! Y es que aparte de sus hermosos paisajes naturales y sus paradisíacas playas, Morro tiene mucho que ofrecer. Si tienes pensado visitar esta islita, no te lo pienses y prueba la tirolesa!!!
Precio: 25 reales (unos 8 euros)
Ubicación: Morro de Sao Paulo, uno de los más impactantes paraísos de Brasil, del que os hablaré detenidamente muy prontito!
Nada como practicar un deporte extremo rodeado de ese imponente paraíso. Que bueno que te animaste!!!
Saludos
es precioso Morro, se presta a este tipo de actividades la verdad!
Madre mía! normal que estuvieses acojonada, vaya vistas!! Eso si, tiene que molar muchísimo y ser una experiencia muy divertida 🙂
Si algún día visitamos Morro de Sao Paulo lo haremos, no tengo duda!!
¡Saludos!
jejeje, la verdad es que impone pero creo que el truco es no pensárselo mucho! no sé si sería capaz de repetir jeje
Aaah qué guapada!! Brasil me pierde, una pena que “sólo” haya estado en Rio, donde me lancé en ala delta. Eran unos 500 metros de altura pero aún así creo que en este canopy se debe sentir mucho más la velocidad!! La envidia me corroe… pero sé que algún día lo haré yo también 🙂 Además no es muy caro, y eso es de agradecer!
Un saludo!
wow!!! lo del ala delta lo ha hecho Ricky, aquí en Tenerife, pero ya ves, eso sí que me da miedo!!! jeje me encantan los deportes de aventura pero los disfruto igual que los sufro jejeje
Vaya, qué valiente fuiste. La verdad es que parece que mereció la pena por las magníficas vistas. Creo que no me atrevería pero… nunca se sabe.
Gracias.